en el colectivo


-Tengo los pensamientos caídos- dijo una voz de mujer. Yo dormitaba, como de costumbre. Pero la frase me despabiló.

Inmediatamente se me ocurrió pensar que los pensamientos pueden estar caídos porque se deprimen... y que ésa, la de la señora que conversaba, era una bella frase. Porque claro, los pensamientos se nos caen de vez en cuando.

Y me pregunté, entonces, cómo se caen los pensamientos. ¿Se nos quedan en la mente, marchitos y descoloridos? ¿Resbalan de la cabeza hacia el suelo? ¿Saltan de una persona a la otra? ¿El olvido los mata, la tristeza los apaga?

Nada de eso.

-Sí, claro Norita, pero es cuestión de regarlos un poco de vez en cuando y luego se levantan- dijo la voz de la otra mujer que dialogaba.

Qué mente rebuscada, me dije, con un poco de vergüenza.

Porque confundir pensamientos humanos con flores tiene que ser síntoma de graves trastornos… o, para no ser tan dura conmigo misma, producto de mucho cansancio que no puede ser descansado tan sólo en una hora sobre un colectivo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hija azul.... quisiera saber como ver de otro color pero no entiendo... pero ya voy a aprender. osebnu

Germán dijo...

Más que rebuscada, la niña del relato me pareció un ser sensible, que no deja pasar la oportunidad de pensar, sentir y, sobre todo, indagar.
Besos Paula